Síntomas

Todas las personas con un diagnóstico de diabetes tipo 1 pasan por un período en que la sintomatología se instaura cada vez con más presencia, pero que todavía no es detectada como una patología médica por parte de los familiares ni por la misma persona afectada.

Esto es debido a que la mayoría de los síntomas por separado no son percibidos inicialmente como un problema potencial. En principio que nuestros hijos beban mucha agua o coman mucho no son signos que preocupen a los padres, más bien al contrario. Que los hijos estén irritables, o tengan dolor de cabeza algunos días también son señales que entran dentro de lo que todos entendemos por normalidad. Y todos vemos lógico que, si beben mucha agua, necesiten orinar más a menudo.

Esta situación inicial es la que hace que la diabetes tipo 1 en sus inicios quede enmascarada durante meses y que a menudo el diagnóstico no llegue hasta que la situación ya es potencialmente peligrosa para la persona.

Es muy importante difundir la sintomatología de la diabetes tipo 1 entre la población no afectada para que se puedan detectar los nuevos casos de la forma más precoz posible.

 

Los síntomas más visibles son:

  • Sed extrema y urgencia para beber en grandes cantidades (polidipsia).
  • Necesidad de orinar con mucha frecuencia (poliuria).
  • Hambre extrema acompañada de pérdida de peso (o no incremento de peso).
  • Cansancio.
  • Irritabilidad.

Otros síntomas que se pueden presentar:

  • Dolor de cabeza (cefalea).
  • Aliento con olor «dulce» extraño (huele a manzana)
  • Piel seca y sequedad en la boca, a pesar de que se bebe continuamente.
  • Náuseas y vómitos con dolor abdominal difuso.
  • Respiración muy agitada (taquipnea).